Hace menos de 20 años todo era bastante sencillo; se le pagaba a un medio de comunicación masivo como la radio, el periódico o la TV y se ponía un anuncio de interrupción. De esta forma, el consumidor se daría cuenta del producto mientras se entera de algo que le interesa —mediante un programa de TV, de radio o un artículo de periódico— y si le interesara lo suficiente, buscaría más información para realizar el proceso de compra. Para bien o para mal, esta fórmula fue usada por demasiada gente, obligando una evolución en un consumidor que antes era expuesto diariamente a una decena de marcas y hoy en día se topa con cerca de 1,500 en las mismas 24 horas.
Dicha evolución trajo una especie de invulnerabilidad hacia todo tipo de publicidad. Hoy el consumidor promedio inconcientemente filtra y selecciona los mensajes publicitarios a los que desea estar expuesto. Consecuentemente, los mercadólogos se toparon con un problema y nuevo reto; la vieja fórmula no era tan efectiva. Qué hacer? Buscar nuevas formas de llamar la atención. Los comerciales ahora tienen pegajosas canciones, son humorísticos, te cuentan una historia, los programas de TV ahora no se interrumpen sino que dentro del mismo programa está el anuncio usado por los personajes principales, el spam, el correo (real) basura, el marketing viral y algunas más, pero sin duda mi favorita, y de las que les platicaré el día de hoy es el marketing de guerrilla, o marketing ambiental.
Qué es? Es la utilización del medio, que en conjunto con el tiempo, esfuerzo y sobretodo imaginación con el fin de transmitir un mensaje publicitario, dejando al lado la necesidad de grandes presupuestos, dado que generalmente no hay un medio al cuál pagarle —la distribución del mensaje publicitario es la tajada más grande del presupuesto de marketing—. El término Guerrilla Marketing fue acuñado en 1984 por Jay Conrad Levinson en un libro con el mismo nombre. En éste, Levinson da agresivos tips y armas para ser utilizados por pequeños negocios con recursos financieros limitados.
Las características del marketing ambiental, descritas por el mismo Levinson son las siguientes:
Está diseñado para empresas pequeñas
Con bajo presupuesto.
Debe estar enfocado en la psicología humana, más que en la experiencia
La experiencia es una habilidad adquirida por la repetición y constancia de realizar una tarea. El marketing de guerrilla se trata de crear algo nuevo.
En lugar del dinero, la principal inversión es la imaginación, tiempo y esfuerzo propio
Es barato, pero requiere quién lo haga.
Debe crear relaciones nuevas, pero enfocarse a las ya creadas
El 80% de las utilidades viene del 20% de los clientes. Generalmente estos son los que ya tienen confianza en la marca y repiten sus compras, además, son una de las mejores herramientas de marketing.
El uso de la mercadotecnia tradicional y la tecnología para lograr que el mensaje llegue
Dar uso a todos los recursos disponibles, el marketing de guerrilla no actúa solo. Necesita una buena plataforma de cuál sostenerse.
Generalmente, este tipo de mercadotecnia convive con el consumidor, que lo puede tocar y manipular. O el mismo medio es el que lo modifica. Para la desgracia de muchos de nosotros, el ambient marketing no es muy común en países tercermundistas y ciudades pequeñas. De hecho, en persona sólo me ha tocado una vez y fue relativamente hace poco.
Piensa fuera de la caja Out of the box. Quítate los límites y comienza a ver las cosas diferentes, sin prejuicios, limitaciones o estereotipos. No parece que algunos carros tienen caras? A poco no has jugado alguna vez a aventar una bola de papel al cesto de basura como si fuera una canasta de basketball? Qué ves a tu alrededor, que podría ser utilizado para llamar la atención, de forma barata?
Estos son 22 brillantes ejemplos de marketing de guerrilla.
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