El desarrollo de la marca personal es un proceso que requiere mucho trabajo, pero que ofrece grandes frutos empresariales.
El concepto de marca personal puede resultar extraño a quienes consideran a las marcas como algo sólo relevante para productos o servicios compitiendo en el mercado. Pero, piense en aquellos políticos o líderes empresariales que deben gestionarse como si fueran marcas, ya que saben que afectará a sus próximos acuerdos con otras marcas del mercado.
El concepto de marca personal puede resultar extraño a quienes consideran a las marcas como algo sólo relevante para productos o servicios compitiendo en el mercado. Pero, piense en aquellos políticos o líderes empresariales que deben gestionarse como si fueran marcas, ya que saben que afectará a sus próximos acuerdos con otras marcas del mercado.
Construir esta identidad implica poner en práctica tácticas que sean capaces de crear significados. Los siguientes pasos ayudan a recorrer de la mejor manera este proceso:
1. Otorgar frescura a la forma de pensar y de actuar a través de distintos caminos. Tomar decisiones y aprender de sus resultados. Cada paso debe despejar el siguiente.
2. Dejar de buscar un único "yo" y enfócarse en cuál de los varios yo posibles desea probar y potenciar. La reflexión es muy importante, aunque hay que evitar que se convierta en una barrera al cambio. Reflejar lo que es, resulta menos importante que probar lo que realmente quieres ser.
3. Permitir ciertas oscilaciones en el período de transición, en este sentido es preferible vivir las contradicciones que tomar una decisión prematura. Aunque siempre lleva un tiempo pasar de lo viejo a lo nuevo.
4. Resistir la tentación de tomar "la gran decisión" que cambiará todo muy rápido. Usar una estrategia de pequeños éxitos tempranos para liderar los cambios más profundos, es más motivador y rentable que tratar de lograr el cambio de identidad a la primera.
5. Identificar proyectos que permitan implementar el nuevo estilo. Aprovechar las oportunidades para experimentar seriamente los valores, preferencias y singularidades.
Fuente: Altonivel
1. Otorgar frescura a la forma de pensar y de actuar a través de distintos caminos. Tomar decisiones y aprender de sus resultados. Cada paso debe despejar el siguiente.
2. Dejar de buscar un único "yo" y enfócarse en cuál de los varios yo posibles desea probar y potenciar. La reflexión es muy importante, aunque hay que evitar que se convierta en una barrera al cambio. Reflejar lo que es, resulta menos importante que probar lo que realmente quieres ser.
3. Permitir ciertas oscilaciones en el período de transición, en este sentido es preferible vivir las contradicciones que tomar una decisión prematura. Aunque siempre lleva un tiempo pasar de lo viejo a lo nuevo.
4. Resistir la tentación de tomar "la gran decisión" que cambiará todo muy rápido. Usar una estrategia de pequeños éxitos tempranos para liderar los cambios más profundos, es más motivador y rentable que tratar de lograr el cambio de identidad a la primera.
5. Identificar proyectos que permitan implementar el nuevo estilo. Aprovechar las oportunidades para experimentar seriamente los valores, preferencias y singularidades.
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